Deporte y TDAH

Una de las primeras pautas que solemos proporcionar a las familias en Neuropsipe es que sus hijos realicen ejercicio físico y deporte, de dos a tres veces a la semana, mínimo durante media hora cada día. Si puede ser en grupo, aún mejor.

Y es que, aunque sabemos que encajar una actividad más en el horario familiar es enormemente complejo, esta es una de las que más merece la pena y no solo porque favorece el correcto desarrollo de su organismo (el sistema inmunológico, el crecimiento del tejido óseo y de la musculatura, la prevención de enfermedades y trastornos alimenticios, el desarrollo motor, etc.), sino porque las ventajas son numerosas y abarcan diferentes ámbitos.

Para comprender cómo puede ayudar el deporte a nuestro hijo, paremos un minuto y pensemos, ¿cómo es su desarrollo? Y ¿cómo lo puede potenciar la actividad física?

Teniendo en cuanta la cantidad de ámbitos sobre los que incide el deporte, este mes nos vamos a centrar solo en dos de cuatro aspectos fundamentales: su comportamiento y pensamiento. El mes que viene os contaremos los efectos del deporte sobre sus emociones, sentimientos, comunicación y socialización.

Su comportamiento

Los niños y adolescentes con TDAH presentan una mayor actividad e inquietud. Tal y como ellos mencionan, “tienen mucha energía”. Por lo que, encontrar una actividad que les ayude a descargarla, resulta esencial.

Además, se convierten en un medio para aprender a respetar las normas y límites, algunas exclusivas del deporte y otras necesarias para convivir en sociedad. Se trata de un posible refuerzo más por el duro trabajo al que se someten diariamente (escuela, terapeutas, profesores particulares…), premiando su esfuerzo de una forma diferente.

Y, aun más importante, a través del ejercicio podemos enseñar a los más pequeños a organizar su pensamiento, identificar y gestionar emociones y adquirir habilidades socio-comunicativas fundamentales para su adaptación. Todo ello, influyendo de forma positiva en su autorregulación comportamental.

Su pensamiento

Los niños con TDAH presentan dificultades en la puesta en marcha y funcionamiento de los procesos y funciones del Sistema Ejecutivo, es decir, en aquellos encargados de dirigir regular a nuestro cuerpo y nuestra conducta. El ejercicio físico, sobre todo si es en grupo, puede ayudarles a potenciarlos de diferentes formas. Por ejemplo, algunas de ellas son:

  • Durante las actividades deportivas, les enseñamos a dirigir la atención a estímulos y tareas concretas, durante un período prolongado de tiempo, fomentando la atención sostenida de una forma amena y divertida.
  • Entrenan el manejo de varias órdenes e instrucciones del juego, así como a operar con ellas. Ayudándoles a estimular la memoria de trabajo, entre otras.
  • Dichas instrucciones y normas, preferiblemente claras y sencillas, requieren de la inhibición de su conducta y, por tanto, les ayuda a trabajar los tiempos de espera, los turnos, etc.
  • Potenciamos el análisis y síntesis de la información, la interpretación y anticipación de diferentes situaciones y, en consecuencia, la toma de decisiones.
  • Aprenden a planificar y organizar la información, así como su conducta. Qué pasos seguir para continuar la actividad.

Todos estos beneficios que reporta el ejercicio físico, motivan al equipo de Neuropsipe a animaros, una vez más, a incorporar el deporte en el día a día de vuestros hijos. Aprovechad el buen tiempo, el sol y el agua para realizarlo con ellos, que sea un espacio más de ocio y diversión con vuestros hijos.

¿Por qué los terapeutas insisten tanto en el deporte en grupo?
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